La ciudad de Sao Paulo posee cerca de 22 millones de habitantes. Es una de las ciudades más pobladas de América Latina junto con Ciudad de México, siendo también la primera una de las más pobladas del mundo. No hace mucho tiempo las reservas de agua potable que la abastecen cayeron a mínimos históricos cercanos a solo a un 5% de su capacidad instalada. Este, un echo gravísimo por sus implicancias, ha sido otra de las señales inequívocas de que el Antropoceno ha irrumpido en América Latina impactando, para quedarse, con una superficie de más de 20 millones de Km2, en territorios de Brasil que aportan al total de la masa terrestre con la no despreciable superficie de 8,5 millones de Km2.
Ante la cercanía de sobrepasar uno más de los límites planetarios, nos referimos al consumo mundial de agua dulce, se daba paso al cumplimiento de una de las profecías del Antropoceno, en uno de los países más poblados del América Latina, Brasil, y en una de sus ciudades más pobladas, Sao Paulo.
El consumo de agua dulce como límite del planeta Tierra no puede ser sobrepasado
La región de Sao Paolo vive ya desde ese entonces cortes de agua, lo que los especialistas denominan “ciclos de escasez de agua” que podrían durar según estimaciones conservadoras, dos a tres décadas, algo bastante diferente a una sequía puntual, como ha sido habitual en otros periodos históricos en que no existía lo que hoy día, se difunde profusamente en los medios de comunicación, y que conocemos como cambio climático.

La profecía a que hacemos mención consiste en que en algún futuro cercano, y de manera ineludible, habrá un irreversible y drástico corte de agua, difícil de controlar, en una de las megaciudades de América Latina.
Se ha tenido conocimiento que autoridades de ese país, ante una situación de tanta gravedad como la descrita ha pasado ésta, a ser una preocupación de uno de los siete Comandos Militares de ese país, el Comando Militar del Sureste, con asiento en la ciudad. El mencionado comando viene movilizando, realiza debates y operaciones militares, no como podríamos imaginar, proveer de agua a la población afectada, sino para prevenir el caos social ante un posible corte de agua, ya que la sequía se considera como un caso de seguridad pública.
Al actual desafío a que nos enfrentamos los ciudadanos de a pie, en cualquier comunidad humana, de cara a las evidentes señales del Antropoceno, es elaborar con plena participación ciudadana, criterios y desarrollar prácticas políticas urgentes de un control ciudadano democrático en la aplicación de estas fuerzas del Estado, en casos que irán acrecentándose en todo el planeta, de Catástrofes, que llamaremos de ahora en adelante Catástrofes (poco) naturales (Cpn), al ser consideradas por el Estado, como ha sucedido en Sao Paolo, Brasil, casos de seguridad pública. Se trata de un problema político de verdadera emergencia democrática. Un trabajo permanente de movimientos sociales y la izquierda anti- capitalista en toda la América Latina.
Algunos antecedentes
Las Cpn aumentan en el planeta de manera drástica. El año recién pasado se presentaron más de 300 desastres entre terremotos, inundaciones, ciclones, tifones, huracanes, que afectaron a 102 países del mundo, con un aproximado de 400 millones de personas directamente afectadas. Siendo el país más afectado la India, con 331 millones de damnificados. Siguiéndole China, Etiopía, Malaui, Haití, Somalia, Zimbawe, Sudán del Sur, Vietnam y Bangladesh. La mitad de los desastres fueron inundaciones, motivadas por intensas lluvias, terremotos, incendios y sequías.
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Para aclarar las Cpn señalamos que estas catástrofes en la mayoría de los casos, tienen un origen que no es nada natural, puesto que son tragedias originadas por el cambio climático, la extracción excesiva de recursos naturales, las plantaciones de monocultivos, la deforestación, etc. En este caso el término natural es empleado para ocultar la responsabilidad del capitalismo, Estado, casta política y clase dominante, al presentar las tragedias que genera como si fueran producto de fuerzas externas e incontrolables. Podemos mencionar también por ejemplo como ilustración el ecocidio derivado de la implementación de la industria salmonera en la zona de Chiloé . En el año 1974, inmediatamente luego del golpe ciívico – militar en Chile, comenzó en la isla Grande de Chiloé la producción de salmón con ovas importadas, por la Unión Carbide de origen estadounidense, para posteriormente sumarse capitales noruegos y nacionales, lográndose con esto el inicio del denominado desastre ambiental, que muy bien han definido activistas profesionales chilenos, como Héctor Kol avalado por sus propios estudios.
También los incendios en las plantaciones de pino y eucalipto los incluimos en las Cpn, Éstos, llamados. hoy día muy acertadamente bosques neoliberalizados, ambos en Chile. Citamos también por su magnitud, en el norte del continente, la sequía que afecta la zona de California en los EEUU, desde hace más de un lustro. En este último territorio, donde viven actualmente 22 millones de habitante, un mapa oficial muestra que más de un 40% del territorio de ese estado soporta condiciones de sequía extrema. Como vemos la mano del capitalismo y NO del hombre anónimo que habita el planeta, sigue causando la destrucción de nuestro planeta. Digamos las cosas por su nombre!
Los límites planetarios: Se han sobrepasado ya tres de los nueve límites planetarios para controlar la salud del ecosistema terrestre.
Se han identificado nueve límites incluyendo el cambio climático, ozono estratosférico, cambio en el uso de la tierra, uso del agua dulce, diversidad biológica, acidificación de los océanos, entradas de nitrógeno y fósforo en la biosfera y océanos, cargas de aerosoles y contaminación química. A la fecha ya son tres de los nueve límites planetarios que el capitalismo, disfrazado libre de culpa y generalizando a nuestra especie Homo sapiens, ha sobrepasado, en el camino hacia la desaparición de la vida humana en el planeta. Todos estos límites son irreversibles y son una prueba palpable, al sobrepasar esos límites, de que el capitalismo como sistema de destrucción masiva de vida, continua implacable avanzando hacia un punto sin retorno, el Antropoceno.
La hipotética capacidad de nuestro planeta para proporcionar recursos físicos a toda nuestra especie está siendo desarticulada a niveles irreversibles y en constante aumento por la acción del sistema capitalista que ha implantado una cultura de consumo y del desecho de bienes materiales, siendo éstos producidos, para satisfacer necesidades humanas básicas, como también otras, de satisfacción, creadas por la propaganda y estilos de vida basados en el hedonismo y el nihilismo que bien podrían establecer y representar, sin reparo la frase : después de mi el Antropoceno!
Por otra parte, deseamos sostener, y tener siempre muy en cuenta, que la noción de Antropoceno no da pie a diferenciar responsabilidades y no tiene en cuenta la existencia de relaciones sociales, marcadamente desiguales, injustas y explotadoras, característica esencial del capitalismo.
Llamamos hoy día la atención en uno de los límites que se asocia con la vida, no tan solo en el planeta Tierra sino en otros planetas de nuestro sistema solar. Se trata del recurso agua dulce.
En esta oportunidad tratamos uno de estos límites, el consumo de agua dulce, que como vamos conociendo se va sobrepasando sin considerar -el capitalismo- las alertas y alarmas que emanan de la Tierra y sus bien nacidos habitantes. Este nuevo embate, trae consigo la indeleble huella, parte de la profecía, de la implementación de la fuerza pública sin reparo ante Cpn en tiempos actuales y venideros. Sin lugar a dudas, un llamado a la capa de conciencia humana para actuar aquí y ahora.
El ciclo de agua dulce es un requisito previo fundamental para mantenerse dentro del límite climático, y que a su vez está fuertemente afectado por el propio cambio climático. La presión humana- explosión demográfica- es ahora la fuerza motriz que domina el funcionamiento y distribución de los sistemas de agua dulce del planeta. No debemos olvidar que la población mundial en rápido aumento, crece a un ritmo de 80 millones de personas al año, lográndose con esto que el año 2015 la población mundial será de 9 mil millones de habitantes.
Los efectos del ciclo del agua, son extraordinarios, tanto en el flujo de los sistemas fluviales de todo el mundo, como en los cambios en los flujos de vapor de agua o el cambio de uso del suelo. El agua es cada vez más escasa y en 2050 es probable que alrededor de quinientos millones de personas se encuentren con escasez de agua. La cifras son alarmantes!
En Sao Paolo, densamente poblado con corte de agua, en las fechas mencionadas anteriormente, se distribuyeron comandos de entre 70 a 100 militares armados con ametralladoras ocupando las dependencias claves de la empresa sanitaria Sabesp, al prever, ante una eventual necesidad, de ocupación en caso de crisis por victimas de esta sequía…Toda el área del complejo fue considerada estratégica y la “acción” llevada a cabo por el ejercito :“ formó parte de actividades militares preventivas para la preservación del orden público y protección de las personas y el patrimonio”. según consta en el comunicado del ejercito, publicado en un diario español de la época.
En meses anteriores el mismo Comando Militar organizó un debate destinado a un público de oficiales, soldados y profesores universitarios, simpatizantes de los militares, en cuya mesa estaba el director gerente de la empresa Sabesp, una delegada de la Federación de Industria de Sao Paulo, un profesor de ingeniería más el jefe militar del sureste. Objetivo: trazar un panorama técnico, político y social sobre la crisis hídrica.
Para comprende la gravedad de la situación que puede provocar la falta de agua en territorios densamente poblados, debemos pensar que esta situación provoca escalofríos en la columna vertebral del “establishment” del Estado, más aún en ciudades donde la planificación urbana simplemente no ha funcionado, y donde el ejercito pueda considerar cantidad de población en términos ideales, lo que sucedió para Sao Paolo, ya que el Comando Sur consideró que la población ideal de la ciudad, debería haber sido de sólo 4 millones, al enfrentar los militares a un conglomerado urbano que puede quedarse sin agua en un periodo muy corto de tiempo.
Los efectos sociales que asomaron inmediatamente después de evaluar la situación de sequía a la que nos referimos, trajeron consigo una serie de comentarios, como la expresada por el Gerente de Sabesp en esa época, Paulo Massato. Se escucharon expresiones como: “Será el terror. No habrá alimentación ni energía eléctrica. Será el fin del mundo. Son millones de personas y estallará el caos social, tales expresiones fueron captadas en medios de comunicación como el Opera Mundi del año 2015.
Durante la grave crisis desatada por la sequía y cuando esta hacia temer cortes de agua, el gobierno de Brasil, estaba enviando militares para cursos con la SWAT (Special Weapons and Tactics), policia militar especializada en manifestaciones en EEUU.
Un equipo SWAT (en inglés Special Weapons And Tactics) es una unidad de élite incorporado en varias fuerzas de seguridad. Sus miembros están entrenados para llevar a cabo operaciones de alto riesgo que quedan fuera de las capacidades de los oficiales regulares, como el rescate de rehenes, la lucha contra el terrorismo y operaciones contra delincuentes fuertemente armados. Debido a los efectos del cambio climático la definición con que normalmente se conocían estos equipos represivos han inaugurado un nuevo campo de acción que nos incumbe sin dudas a todos los habitantes del planeta. Se trata del concepto de seguridad aplicado a las llamadas catástrofes naturales que incluyen, según las aplicaciones prácticas los corte del suministro de agua, elemento vital para la vida y que han comenzado a afectar nuestra existencia desde hace ya varias décadas.
Las revistas militares como Defesanet destacaban que la tensión había sido tan grande que la policía militar estaba llevando los camiones algibes con escolta hacia algunos lugares de la ciudad, sobre todo en sectores periféricos, donde habitan las poblaciones más pobres, porque sectores populares apoyados por milicias estaban atacando los camiones de abastecimiento para apropiarse del agua. Además escribían que grandes cambios han sido precedidos por alteraciones climáticas como la historia lo había mostrado en la misma Revolución Francesa.
Lo más concluyente de lo rescatado de la experiencia expuesta relacionada con el cambio climático, la sequía, y el sobre poblamiento de las ciudades es el echo, como también lo señala la revista Defesanet del 2015, de que la crisis hídrica puede provocar insurrecciones, levantamientos sociales graves y hasta revoluciones armadas que podrían extenderse a todo el estado de Sao Paolo y a estados vecinos como Rio de Janeiro y Minas Gerais, donde habitan 100 millones de habitantes.
Sirviéndonos de relatos periodísticos, sobre el pensamiento militar y, en parte de la burocracia estatal, cabe preguntarse que tipo de privilegios puede otorgar el capitalismo, algo que podemos responder en parte, cuando se conoció que en plena crisis relatada, la empresa Sabesp difundió una lista de 537 clientes de privilegio, que pagan menos cuanto más agua consumen! en las que se encuentran industrias, centros comerciales, redes como Mc Donald s, que en el caso de Sao Paolo consumen 3 % del agua de la ciudad y tienen descuentos de un 75%. Estos consumen un equivalente al agua utilizada por 115 familias y fueron los mayores responsables, como lo sindica un diario europeo, por el aumento de 5,4% del consumo anual de agua.
Lo expuesto como una profecía del Antropoceno, demuestra dos cuestiones. La primera que el capitalismo y sus beneficiados están preparados para las situaciones más graves, incluyendo efectos del cambio climático, que tiene previstas acciones militares y, OJO, políticas, para seguir adelante en medio de un caos gigante como sería y está siendo en ciudades densamente pobladas con falta de agua, situación en gran medida ocasionada por la superación de uno de los límites planetarios, el consumo de agua dulce. En segundo lugar, que el acceso al recurso agua es insultante y atentatoriamente desigual, ya que está disponible sin reparos para clientes privilegiados, grandes clientes, comparado con una mayoritaria población sin privilegios que forman el grueso de la población mundial.
Finalmente: ¿Qué podemos hacer? Es la pregunta que podemos formularnos frente a la hidra capitalista. Es necesario que los movimientos anticapitalistas sigamos organizándonos con nuestros pensamientos puestos en la mira de la autonomía, la libertad y el consenso, y por sobre todo dejar de plegarse a las agendas electorales, ya que pensando así podemos hacer algo para cambiar y mejorar el mundo, si es que todavía, a pesar del Antropoceno, tenemos el tiempo necesario.

Por Alfonso Madrid Echeverría :
Pensador, activista y antropólogo. Investigador de los limites planetarios y el antropoceno