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Ayer 18 de febrero, se cumplieron cuatro meses de revuelta.
Un millar de personas se congregaron, una vez más, en la rebautizada Plaza de la Dignidad.
Todos autoconvocados, todos en el espíritu de no soltar ni abandonar lo que se ha transformado el símbolo de la Zona Cero, de la protesta popular.

Bajo la consigna de “se viene Marzo” advirtiendo que el período estival termina, en que la protesta masiva decayó por razones obvias, se volverá a encender al inicio del año laboral.
Mientras los Partidos Políticos institucionales, se arrojan a las campañas del pacto que firmaron o aceptaron, cruzan la Agenda con el Apruebo o Rechazo. “Pacto por la Paz y la Nueva Constitución” que la mayoría sino todos los sectores populares rechazaron en declaraciones.
La pregunta que surge es ¿Dónde están los “movimientos sociales”, sindicales y sectoriales, hoy día? ¿Dónde estuvieron desde Diciembre 2019? Después del Pacto.
¿Qué pasó con Unidad Social, con la CUT, con la ANEF, con NO +AFP, etc.?
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Solo y nuevamente fueron los estudiantes secundarios los que se manifestaron durante Enero contra la P.S.U., boicoteando y recibiendo las condenas y penas del infierno de la institucionalidad.
Por favor, que alguien diga ¿Dónde Están?, todos esos dirigentes que hoy ya no miran la Plaza de la Dignidad, pues les es molesta y ruidosa. Molesta a sus procesos institucionales y ruidosa a las pretensiones de negociaciones.
Pero se avecina Marzo, la apuesta de muchos analistas, politólogos, sociólogos y sectores organizados del pueblo pobre, es que será el termómetro de la Revuelta, vuelven los secundarios, vuelven universitarios, vuelve la “normalidad” laboral y vuelve una Institucionalidad “reforzada” de leyes persecutorias y castigadoras. Todas ellas aprobadas por los mismos Partidos del Acuerdo, del Pacto de Vampiros, entre el crepúsculo y el amanecer.
Aún así y luego de revisar las redes sociales, vemos que ayer, en todo el país en diferentes ciudades y poblaciones se encendieron y multiplicaron las PLAZA de la DIGNIDAD.
Los territorios se prepararon e hicieron de esta una fecha conmemoración, de saludos a todos aquellos asesinados, torturados, prisioneros del Estado y declarando que sin Justicia no hay Paz.
El reclamo y constatación de que nada hemos ganado, se hace escuchar, solo hemos ganado el reconocernos y unirnos para continuar luchando, grita la calle.
El la intersección de las calles de Ricardo Cumming y Alameda, en la conocida pileta se realizó uno más de estos tantos actos de conmemoración y homenaje, el lugar escogido por las Asambleas Autoconvocadas Territoriales de los Barrios Yungay, Brasil y República convergieron y recordaron que este lugar ha sido testigo de las luchas de los estudiantes secundarios por décadas, remontándose a los 80’s.
Hasta que la Dignidad se Haga Costumbre… Y Valga la Pena Vivir.





La prensa oficialista o convencional ha usado el término “estallido social” para referirse el proceso de convulsión que vive Chile desde hace cuatro meses. La palabra “estallido” está empleada desde el punto de vista de la burguesía, esa es su perspectiva de clase, ellos se atemorizan ante la posibilidad de un “estallido”, pues su efecto afectará sus intereses y sus privilegios de clase.
Contrariamente a esa visión de clase, la realidad nos ha estado demostrando que lo que sucede en el país ha sido un verdadero “despertar de consciencias”, apodado popularmente como movimiento del “Chile despertó”, luego de un aletargamiento que se había extendido por demasiado tiempo. La sumatoria de innumerables abusos del sistema —en manos de la clase dominante— en contra de los sectores populares es demasiado larga y numerosa, que va desde los servicios básicos como luz y agua, a objetos íntimos y domésticos como es el papel higiénico.
En el transcurso de estos meses han estado desarrollándose planes sociales en sectores muy variados, los que afectarán a la comunidad, muchos de estos planes son completamente ajenos al movimiento popular, plasmado en la “Mesa de Convergencia Social”. Existe un deseo de desbordar el sistema en Chile por parte de los sectores populares, y en el otro lado, están los sectores más conservadores que tratan de seguir manteniendo a flote el sistema, a costa de algunas concesiones.
De lo que no hay duda es que se avecinan cambios trascendentales para Chile. Es probable que pronto surja un país completamente distinto dentro de muy poco tiempo, será una decisión que se halla únicamente en manos de los sectores activos y populares del país.