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Colaborador: Felipe Vergara L., Académico Universidad de Playa Ancha, Valparaíso.
Los manuales de Teoría Política clásicos como Kellsen, Duverger, Sabine, Touchard emplazan la definición de una dictadura como un gobierno de factum, el cuál puede constituirse como tal por tres vías: a) un golpe de estado, generalmente impulsado por un sector político que refugiado en la fuerza militar, pone término a un proceso democrático; b) el control del poder político, por medio del autoritarismo de una de las ramas de las FFAA que controla y anula el ejercicio de los tres poderes del Estado ya sea suprimiéndolos o bien condicionándolos a su provecho; y c) la autocracia de un grupo político o élite que ejerce un dominio sobre la ciudadanía sobre la base de la violencia, la pérdida de derechos o garantías y la instalación forzosa de mecanismos de coacción contra la población, siendo -de todas ellas- la más evidente el atropello e interrupción del principio de isonomia ( igualdad ante la ley) o bien la permisividad de acciones de fuerza por agentes del Estado contra las personas que se manifiestan, esto redunda en lo que algunos autores llaman terrorismo de Estado.

En lo pragmático ya sea Norberto Bobbio o Platón – a esta altura da lo mismo- la Democracia chilena, hace mucho tiempo se cayó a pedazos, nadie puede (re) construir un Estado-Gobierno pactando con aquellos que rompieron la institucionalidad, persiguieron a detractores, torturaron, desaparecieron y asesinaron. En Chile así se transitó de una Dictadura Militar, a la supuesta “democracia” que en definitiva no es mas que un escupitajo de blasfemia a toda teoría politica clásica.

Treinta años después, los efectos de un modelo sustentado en una Constitución parida en dictadura, cobran efecto sobre la ciudadania, permitiendo gobiernos que disfrazados de democraticos NO SON MAS QUE UNA PROYECCION CIVIL del proyecto Pinochetista, a eso adhiérase volumenes de dinero y droga que son el oxígeno necesario para la instalación de la corrupción fiscal. ¿Cómo entender que las instituciones militares y de orden que han defraudado, malversado, robado y asesinado a este país tengan en estos momentos el control de la “seguridad” y el “orden”?. Resulta una contradicción etica, para cualquier persona responsable, seguir entregando recursos a FFAA y Carabineros bajo la supuesta idea de la necesidad de mantener un orden en tiempos de pandemia. Martorell, no ha logrado bajar un sólo porcentaje de delincuencia en los 105 dias de instalación del toque de queda!!!

¿Tan inoperantes son las policias y el ejército?.Lo cierto es que no lo son, pues el fin último de estas medidas es sacar provecho de la pandemia para seguir cometiendo montajes y proyectar violencia en territorio mapuche, como tambien en sectores marginales, insistir en una política de sometimiento y a la vez exclusión, silenciar el asesinato de lideres sociales, son algunas de las evidencias de que prima ls ausencia de garantias civiles ya sea a comuneros mapuches como a cualquier persona.
Lo descrito muestra que Chile NUNCA ha consolidado el Estado de Derecho y tampoco transitó a la Democracia, sino mas bien, pasó de una Dictadura Militar a una Dictadura Civil en la cual “pequeños perfectos tiranos” (Aylwin, Frei, Lagos y Bachelet) consolidaron al “megalómano y adefésico Tirano: Piñera. Chile ESTÁ EN UNA DICTADURA CIVIL, amparada por FFAA corruptas, un Congreso Inoficioso y Tribunales que no entregan ninguna garantía… todo enmarcado en una crisis sanitaria cuyo mejor aprovechamiento político lo ha hecho la elite que sigue comerciando con la muerte.

