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Colaboración para OPAL Press, por Cristian Cárdenas. Kaín.

El cambio de gabinete de la respingadera, no es más que el endurecimiento político del gobierno. Para enfrentar el año y medio, que le queda como administradores directo de su fundo, llamado Chile.
Los esbirros elegidos representan la ficticia diversidad política de la clase vampiresca, esto es a toda luz el llamado lúgubre a la cohesión de la clase chupoptera, condes, duques y príncipes sedientos de sangre.

Por otro lado desde la vereda servil, los veladores sirvientes en su rol de Igor con su caminar rastreros y su espaldas jorobadas de mentiras y traiciones lo definen como el gabinete del rechazo, blandiendo una vez más el relojito hipnotizante de la bondad al servicio supuesto, del pueblo.
Así todo vuelve a los cauces institucionales de su paz mortuoria, adornada con las flores de una nueva Constitución.
Pero cualquiera que haya visto alguna clásica película de vampiros, sabe que detrás del romanticismo que se muestra ningún chupasangre vive sin la hemoglobina del más simple de los mortales habitantes del pueblito a los pies del siniestro castillo, custodiado por gárgolas de pétreos uniformes.

Sus finísimas narices depuradas por la nauseabunda estela de muerte de la pandemia, huele el olor a ajos que emana en cada cucharada del alimento solidario de los que han ganado hambre pero han perdido el miedo.
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Huelen la rabia empuñada, las antorchas humeantes, las estacas del orgullo que laten como corazón enamorado de su propio destino.
Habrá que pelar más el ajo y los ajos en cada paso, huelen sangre y se saborean con un libido asqueroso,sus labios pintados de odio.
Pero acá en este pueblito que ha vuelto saberse, sabemos que nuestros cuellos ya no están a libre disposición de sus deseos de muerte.
La vampiresca horda de asesinos, espera que como en las viejas novelas los desposeídos, avancen frontal al matadero. El final esperado puede ser cambiado, interviniendo el guión escribiendo rabia en cada esquina del villorrio, armándose no solo de paciencia, también de metálicas voces.