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En el palacio de la Moneda, residencia de los presidentes chilenos, el ajedrez es un compañero fiel desde hace mucho tiempo. Incluso más de un presidente citó al palacio presidencial a un maestro para jugar un par de partidas en el Chile republicano. Salvador Allende Gossens, presidente socialista ( 1970-1973) aprendió a jugar a temprana edad con un amigo anarquista llamado Juan Demarchi en Valparaíso. Como buen socialista y admirador de la URSS potencia ajedrecística del siglo XX, el ajedrez era un lugar común en las reuniones con los compañeros de partido e incluso cuando había que matar el tiempo, por tanto, no extraña el énfasis que su gobierno imprimió a la organización y competencias de este noble juego. El 8 de septiembre de 1973, pocos días antes del golpe militar, el esposo de una de las hijas de Salvador Allende, recuerda la vigilia que hacían junto al compañero presidente, jugando ajedrez y alertas a lo que pudiera ocurrir. Era el preludio a la caída.
El ajedrez y la ley del deporte.
A mediados de los años sesenta el deporte nacional no pasaba de ser amateur, excepto el futbol deporte rey, las otras disciplinas quedan a la suerte de que la organización interna o sus cultores pudieran darle algún grado de seriedad o estructura. El ajedrez, no fue la excepción y como atestiguan las crónicas en torno a las finales absolutas, cada año era más complicado reunir por un periodo de tiempo a los finalistas del certamen por diversas razones, pero quizá la más poderosa fue por la escaza profesionalización y fondos destinados a las sesenta y cuatro casillas. Esta realidad intentará ser cambiada con la ley del deporte 17.276, primera en su género en Chile y promulgada a fines del gobierno de Eduardo Frei Montalva. Como novedad crea la DIGEDER, un organismo centralizado que monopolizará las políticas deportivas en el país. Asimismo una serie de iniciativas, impulsadas por ley para estimular el deporte en regiones, diferencia el deporte masivo del deporte competitivo. Sin embargo, el financiamiento sigue siendo un problema sin solución dado que Chile desde la década de los sesenta entró en una profunda secuencia de cambios sociales y el deporte aún parece estar rezagado en el concepto de desarrollo.
Con todo el ajedrez avanza de forma silenciosa y a pesar de que las actuaciones esporádicas del flamante y único Maestro Internacional chileno René Letelier, a ratos parecían levantar la mano a nombre del ajedrez chileno, las competencias eran bastante reducidas. La aparición del campeón norteamericano Robert Fischer que en la década de los cincuenta recorrió Sudamérica y Chile, marcaron en el mapa ajedrecístico a Chile. Con toda, las apariciones de nuestro elenco nacional en las olimpiadas de ajedrez, suerte de selección chilena en el campeonato mundial, eran muy discretas, evidenciando el bajo nivel de nuestro ajedrez criollo.

Nuevos aires socialista para el Ajedrez.
Chile país centralizado, tiende a renovar sus autoridades al ritmo de los cambios políticos que ocurren en el país. La llegada de Salvador Allende al poder reestructuró la federación de ajedrez. Sergio Costagliola Carotti que ya en la década del sesenta había mostrado una administración ascendente, primero en el Club de Ajedrez Chile decano del ajedrez chileno, y luego en periodos alternados en la Federación de Ajedrez, ahora nuevamente elegido se aprestaba a darle un nuevo impulso al ajedrez nacional. A inicios de 1971 en una entrevista al Diario en el Mercurio, Costagliola, señalaba un ambicioso plan de desarrollo para el Ajedrez nacional, con el objetivo de sacar a Chile del bajo nivel sudamericano, de hecho hasta la década de los 70´ningún jugador chileno había jugado un Interzonal siempre copados por Brasil y Argentina. Crear una escuela de monitores, descentralizar con delegaciones regionales, ampliar en consecuencia las fases previas a la final absoluta del campeonato de Chile, las conocidas semifinales a otras zonas del país. Asimismo, estimular el ajedrez escolar y dotar a la federación de juegos físicos de ajedrez para su difusión a lo largo del país. Con motivo de un Panamericano(1971) en Argentina que Chile remata en el cuarto lugar, Costagliola declara en un pasquín argentino que Chile está en un “ resurgimiento “ del ajedrez y tiene como objetivo solicitar a la FIDE el match por el campeonato del mundo entre Spassky y Fischer. Declaraciones ambiciosas pero que revelan el estado de ascenso del ajedrez en Chile. En ese contexto, por intermedio de la embajada Soviética en Santiago es enviado en gira el flamante campeón de la URSS del año 71´, Vladimir Savon, Gran Maestro que desarrolla una serie de actividades en el país. Vence en un Torneo en La Serena a toda la élite chilena ajedrecística en solitario y sin contrapeso. Se hablará posteriormente de una victoria en “un modesto” torneo para un jugador de esa categoría(, pero sólo revela el bajo nivel en el que habitaba el ajedrez chileno. A modo de corolario decir que la selección chilena de ajedrez no jugará la Olimpiada de Ajedrez de Skopje en 1972.
Nuevas figuras del ajedrez chileno: Canobra y Donoso
Con todo, el ajedrez vive un periodo de masificación y popularidad. El match por la corona mundial entre Boris Spaasky y Robert Fischer tiene tintes épicos y es ampliamente cubierto por la prensa en el mundo. Ya con el match previo de candidatos en Buenos Aires(1971), entre Pretosian y Fischer el ambiente sudamericano se había insuflado de una energía ajedrecística que colaboró a su masificación.
El perfil del ajedrecista criollo era amateur. Impulsado desde pequeño en alguna ciudad grande de Chile, jugando algunos torneos o afiliado al club local, su progreso dependía de la suerte que tuviera algún mentor o profesor, más bien el mejor jugador de la zona y luego poder acceder a torneos en Santiago. No había sistematización y su persistencia en el ajedrez dependía de características personales. Muchos abandonaron el ajedrez por otras actividades, incluso siendo finalistas de Chile. Por otro lado, la representación nacional en torneos internacionales, dependía mucho de la familia y su situación económica.
Con todo, dos figuras irrumpen con fuerza en bajo la administración de Salvador Allende. El Maestro Nacional Juvenal Canobra(1937-2019) y el Maestro Fide Pedro Donoso. El primero finalista de Chile en sucesivas finales absolutas nacionales en la década del sesenta. Representa a Chile en el Zonal, eliminatorio al campeonato mundial, en Mar del Plata Argentina en 1969. Más conocido por su “Manual de Ajedrez “ editado por Quimantú(1972), editorial que tenía como objetivo masificar la lectura de textos en el país al precio de una cajetilla de cigarrillos, su contribución fue fundamental para extender el ajedrez a nivel escolar en la década de los setenta y ochenta. Amigo del poeta Jorge Teillier( de Lautaro) y como recordaría la diputada Carmen Hertz en sus memorias, un hombre virtuoso y lleno de entusiasmo por la vida, el arte y el ajedrez. Su labor de promoción en el Gobierno de Allende fue notable, condujo un programa de ajedrez en el canal 7 de televisión, “Gánele al Campeón”(1973). Después del Golpe de estado, debió ir al exilio a Venezuela y su labor y nombre silenciado deliberadamente por las autoridades militares.
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La segunda figura, es Pedro Donoso Velasco(1944-2001), campeón de Chile varias veces en el periodo sesenta y setenta. Maestro Nacional y Maestro de la Fide, fue el iniciador de la llamada “Escuela Chilena de Ajedrez”. Conocedor profundo de la enseñanza del ajedrez y dotado de un talento ajedrecístico y pedagógico único, en sus continuos viajes al extranjero pudo constatar la fuerza de la escuela rusa que campeaba en su época. Con un diagnóstico crítico del nivel amateur del ajedrez chileno, sus metodologías artesanales muy asociadas al ensayo y error, sujetos al talento del momento y la improvisación. Llevaba un registro personal de cada jugador chileno y su perfil ajedrecístico. Comprendió tempranamente que Chile no poseía ningún maestro de ajedrez de peso a nivel internacional, menos con alguna proyección por la inexistencia de una escuela o academia solvente y competitiva. Dueño de una amplia cultura, versado en matemáticas y física con seguridad el Maestro Donoso creía en la escuela estructuralista y clásica del ajedrez, y fue eso lo que le granjearía el prestigio como un docente eximio del deporte luego de su temprana muerte. Por eso ya en tiempos del Gobierno de Allende iniciaría una primea fase de diseño de un método moderno y profesional de enseñanza, teniendo como marco a la escuela soviética de ajedrez. Si bien, este largo proceso iniciado en la década del setenta, daría frutos sólo a inicios de la década de los ochenta en plena dictadura militar producto de una serie de factores internos y externos. La labor del Maestro Donoso fue tan profunda en el ajedrez chileno que hoy sus alumnos, cuarenta años después siguen siendo señeros en la enseñanza de este noble juego. A pesar de su temprana muerte y desechando una promisoria carrera este maestro chileno prefirió colocar la primera piedra de la escuela chilena de ajedrez. Fue durante el periodo del corto gobierno de Salvador Allende que el impulso al ajedrez constituyó un ejemplo y sirvió de herramienta educativa que permitió una serie de iniciativas de masificación del juego ciencia.
Asediado como en una partida de ajedrez, Salvador Allende, resistiría el día 11 de septiembre de 1973 en el palacio de la Moneda entregando su vida, y dejando inclusa esa partida de ajedrez con el pueblo chileno y el proceso revolucionario.
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