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“¡Es Imperdonable. La elección de este primer ministro regional es un hecho aislado que ha roto con la convicción básica mía y de la CDU!” Así expresaba su molestia la canciller Ángela Merkel en junio del año 2020 ante el triunfo, en el Estado federado de Turingia, de un candidato liberal con el apoyo del partido de gobierno CDU (Democracia Cristiana alemana) y de la ultraderecha AfD (Alternativa para Alemania). A tanto llegó la negativa de Merkel de asociarse a los neo-nazis, que la elección se debió anular, pues iba en contra de todas sus convicciones.
En Chile, Mario Desbordes (precandidato presidencial de RN) ha señalado en todos los medios, ser un gran admirador de Merkel y se autdenomina como “socialcristiano” y que le encanta el modelo político y económico alemán, sin embargo, a la hora de hacer alianzas, ha demostrado ser mucho más flexible que su símil alemana. Tanto es así, que aceptó de buena gana integrar en la lista de convencionales al partido de extrema derecha de José Antonio Kast. Algo similar ocurrió con Evópoli, la promesa de un partido de derecha moderno y liberal, pero que se ha quedado en ser solo una promesa. Posiblemente la sangre pesa más, después de todo, su líder histórico, Felipe Kast, es sobrino de José Antonio, y además ¿en qué familia no existe algún tío excéntrico y algo fanático, y no por eso se le da la espalda al familiar? El hecho, es que ha quedado consumada la unidad de toda la derecha, todos muy alineados para ir a competir a la Convención Constituyente. Aunque algunos (los menos) hayan votado Apruebo en el plebiscito, y los otros (la mayoría) Rechazo, hay cosas más importantes que están en juego, incluso más que las convicciones democráticas (convicciones que solo a la derecha alemana parecen importar).
¿Pero por qué le resulta tan fácil ponerse de acuerdo a la Derecha y no así a la oposición? Una de las razones, es que los partidos de la derecha vienen de una misma matriz ideológica, pero también alguna vez tuvieron un mismo partido de origen. Si en el siglo XIX y parte del XX la derecha estuvo representada en el Partido Conservador y Liberal, desde 1965 y hasta el golpe de Estado, todas sus corrientes confluyeron en uno solo: El Partido Nacional. Luego, en 1987, se hizo un intento de unificar a varias corrientes simpatizantes de la dictadura en Renovación Nacional, pero la UDI de Jaime Guzmán optó por seguir el camino propio. En el primer gobierno de Piñera, algunos jóvenes funcionarios se atrevieron a crear un tercer partido, Evópoli, intentando darle un renovado aire al viejo pinochetismo, sin embargo, siempre prevalecieron sus lazos de parentesco con antiguos líderes de la UDI. Finalmente, tenemos a Republicanos, creación de un ex UDI, que manifiesta sin complejos una mayor añoranza a los años de la dictadura que sus nuevos socios. Vemos así, que todos estos partidos, de una u otra forma, adscriben a los postulados formulados por Jaime Guzmán en la Constitución Política aún vigente

Los partidos que hoy representan a las distintas oposiciones, en cambio, tienen diferentes orígenes doctrinarios: El PC (heredero del Partido Socialista Obrero, de base obrera y sindicalista), el PS (de izquierda no marxista, clase media y militares progresistas), la DC (las juventudes del Partido Conservador), el Partido Radical (del liberalismo del siglo XIX), el PPD (socialdemocracia postdictadura), los partidos del FA (movimientos sociales y estudiantiles de los años 2000 en adelante). Este ramillete de partidos representa además intereses diversos, lo que no ocurre con la derecha, donde solo los separan matices, pero su defensa apunta a la intangibilidad del modelo económico y politico. Por si fuera poco, al interior de esta oposición tenemos a la DC, un partido abiertamente de derecha (pertenece a la DC internacional, igual que el partido de Merkel, y que RN). Esto hace que la unidad opositora sea aún más difícil. Posiblemente, los Walker, Fuad Chahín, Jorge Burgos, etc comparten mucho más ideas doctrinarias con la derecha heredera del pinochetismo. Solo basta recordar la activa participación de la DC para derrocar a un presidente con más de 40% de apoyo en 1973.
Por ultimo, me encantaría saber qué opinaría Ángela Merkel de las políticas de alianzas de Desbordes. Después de todo, la vacuna contra el covid llegará, tarde o temprano. Lamentablemente, aún no existe una vacuna que nos proteja del todo contra el fascismo.
Cristián Martínez Arriagada, Cientista Político
Foto Portada : Brigada Chacón
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