En Chile, para el año 2017, según el informe de Fundación Libertad y Desarrollo, había un total de 300.158 familias que vivían de allegados, eso se traduce que en un hogar se incorporaban 2 subgrupos familiares, entendiendo que una familia en sucesión, convivía: la familia del abuelo, la de sus hijos y probablemente nietos.
Previo a las movilizaciones sociales de octubre del 2018, esa cifra se elevaba a 1.152.000 familias. Las razones de esta situación son:Ingresos que no permiten mantener una vivienda o bien no tiene la capacidad para adquirir una (30%); Necesidad de cuidar los niños o bien a los abuelos (15.2%); Necesidad de generar ahorros (12.3%); Preferir vivir así o comodidad (10%); no sabe o no responde (5.2%); Razones laborales (3.3%); Razones de estudio (2.9%); Por emergencia (2.4%); Otro (4.8%).
El común denominador que se indica para explicar esta situación es que según el mismo informe de Libertad&Desarrollo un 70% de chilenos que vive la condición de allegado lo hace por qué “no está haciendo nada”, (adjunto foto) Eufemismo utilizado para disfrazar tres conceptos que van en incremento: la cesantía (profesionales sin trabajo); desempleo (personas que ejercen un oficio o trabajo remunerado) y precarización de ingresos. Este último, el principal causante de la desvalorización y disminución de la capacidad adquisitiva de un núcleo familiar.


El modelo económico en Chile facilita la relación contractual vía honorarios, pasando el control que se produce entre trabajador/fuente laboral al Empleador, instalando una suerte de dominación indirecta hacia el trabajador. Sueldos bajos y la falta de claridad en la fecha de pago de los servicios, forzan a la persona a un endeudamiento.
Según estudios del Banco Interamericano para la superación de la pobreza, basta con que una persona adscrita al régimen de honorarios vea retrasado su ingreso en 3 días para que se vea obligado a depender del crédito, esa acción ya lo conduce a un endeudamiento permanente y el riesgo evidente de caer en la “lista negra” financiera que termina por cerrar toda opción a un arriendo (mayor abundamiento, véase requisitos que permite la ley de arrendamiento a la hora de determinar requisitos para el arrendador por parte del arrendatario) y obviamente imposibilidad de comprar una vivienda.
Las condiciones descritas conducen al allegamiento poli-familiar y éste a su vez está asociado al hacinamiento. En nuestro país el hacinamiento ha tenido un crecimiento exponencial los últimos 9 meses, según indican estudios independientes como el informe del PNUD para el desarrollo. El mismo centro de estudios Libertad & desarrollo, reconoce desde su staff de ingenieros comerciales y sociólogos una incapacidad para visibilizar bien esta situación dentro de las rigurosas reglas metodológicas cualitativas y cuantitativas, heredaras de Hernández Sampieri.
Crítica situación que confronta a las Naciones Unidas y a los estudios locales, pero no por ello pueden desconocer la realidad. El hacinamiento en Chile incorpora AL “problema de los allegados” el déficit habitacional de m² para satisfacer las necesidades mínimas de las familias. El promedio nacional en m² en área habitable (no se considera baño y cocina) es de 6.5m² por intrgrante… ¡retroceso histórico a un Chile de 1950!. Que es lo mismo que decir que en una vivienda ó departamento de 52m² viven 8 personas, correspondiéndole a cada una en “espacio vital” de 6.5 o sea un rectángulo de 3x2mt. (¡las dimensiones stándar de una celda!).
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Esta restricción induce a una pésima calidad de vida, que explicaría el aumento de denuncias por violencia intra familiar (300% 2020) aceleración de la curva de contagio, y de paso explicaría el boom de compras en materiales de construcción tras el 1er y 2do retiro del 10%, de los fondos de pensiones en las AFPs, de hecho se veía más gente llevando sacos de cemento y maderas en fletes, que portando TV de 32′ como informaba la prensa matinal.
Con el aumento de la cesantía y el desempleo al 10.2% , y de relacion contractual indirecta (honorarios) a un 28.6% la instalación de la cuarentena pone entredicho cómo subsistirán mas de 4.370.000 personas que viven el 2021 en total hacinamientos y otros más (cifra aún no registradas) en carpas sobre un bandejón central o bien ocultos en zonas de la periferia de la ciudad. De seguro el editorial laxante de la televisión chilena empezara a instalar el concepto “Homeless”…después de todo…deben seguir haciéndonos creer que somos el milagro del neoliberalismo norteamericano.
Por Felipe Vergara Lasnibat. Lic. Historia. Mg.Historia de América y Chile.
