Gabriela Mistral: 5 lecciones irrenunciables para educar

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Siete de abril, natalicio de Gabriela Mistral: 5 lecciones irrenunciables para tod@s quienes trabajamos con niñ@s y adolescentes hoy.

Primera lección:

La niñita Lucila Godoy Alcayaga, a los ojos y cerebro invidentes de su profesora “Jefa”:

La educadora y directora de la Escuela Superior de Niñas de Vicuña, Norte de Chile, vía “informe” o registro escrito formal, definió y “diagnosticó”, de puño y letra, a su alumna Lucila Godoy Alcayaga como una niña “sin habilidades intelectuales”, como una muchacha que “sólo podría servir para los quehaceres domésticos”. ¡De terror!

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Sin perder de vista que ninguna lentitud o “deficiencia” cognitiva ni psicoemocional ni socioconductual escolar o infantil son ni serán jamás motivo ni pretexto adulto para excluir, humillar, denostar, maltratar, degradar, reprobar, condenar ni predestinar cruelmente a ningún niño o niña en la escuela ni en ningún lugar del mundo a su total fracaso e infelicidad eternos, yo denuncio aquí que tal linchamiento adultocéntrico y “pedagógico” ejecutado en contra de la niña y alumna Lucila Godoy a manos de su “educadora” adulta directa (linchamiento adultista ciego y que en el tiempo de Lucila no fue más que una ecolalia consciente o inconsciente del más destructivo y cruel adultocentrismo patriarcal ejecutado en contra de la infancia en formación, adultocentrismo histórico y que impera hasta hoy en Chile, incluso al interior de las aulas del sistema escolar o escolarizante) no fue más que una lápida del terror escrita por una “educadora” y “formadora” adulta directa de una inocente e indefensa niña llamada Lucila (lápida imperdonable; lápida que en el fondo pudo asesinar las inteligencias, los talentos y los sueños en desarrollo de una niña brillante): La alumna Lucila Godoy Alcayaga -decretó en ese informe esa “educadora” y “formadora” de niñ@s en esa escuela de Vicuña, Chile-, cito: padece “deficiente mental”. ¡Textual!

Segunda lección:

"Víctor Jara, nunca podrán borrar tu legado"

Contra el adultocentrismo, Gabriela -la poetisa, la poeta, la niña prodigio, niña ninguneada en su infancia por su profe “Jefa” en la escuela, la intelectual que fue despreciada y perseguida en su adultez por el establishment chileno machista, burgués al peo, clasista e “ilustrado” (ilustrado también al peo)-, interrogándonos:

“¿Cuántas almas ha envenenado o ha dejado confusas o empequeñecidas para siempre una maestra durante su vida?”. Tal pregunta mistraliana corre y aplica también, ¡obvio!, y para siempre, y como una urgencia para los profesores hombres que trabajamos con niñas, niños y adolescentes hoy. ¡En rigor, su pregunta, esa pregunta mistraliana, insoportable para el adultocentrismo, corre y aplica para tod@ adult@ que tenga un trato directo con niñas, niños y adolescentes hoy; corre y aplica por siempre y para siempre!

Tercera lección:

La poetisa rebelde, Gabriela la pensadora, la filósofa, la maestra, emplazando al poder, saltando antes que nadie los torniquetes escolarizantes del adultocentrismo inmovilizador asesino de los talentos, la creatividad y el sentir de la infancia, interpelándonos:

“El maestro verdadero tendrá siempre algo de artista; no podemos aceptar esa especie de jefe de faenas o de capataz de hacienda en que algunos quieren convertir al conductor de los espíritus”. Obvio: cuando Gabriela educa y refiere aquí al “maestro verdadero” y al “conductor de espíritus”, refiere, educa y emplaza, al mismo tiempo, a la “conductora de espíritus”, es decir, a toda maestra, pero no sólo a la profesora porque toda mujer adulta que tenga una relación directa diaria con una niña o un niño es, para Gabriela, una maestra.

Cuarta lección:

En contra de esa histórica y típica hipocresía de la élite chilena, así como en contra de esas campañas de desprestigio que sufrió Gabriela en vida en su contra en su tiempo y que explican en buena medida su partida de Chile y su no retorno a éste, y desde el supuesto de que algo tenían estas castas que la persiguieron de “academia, de erudición e ilustración” -campañas que en su tiempo fueron virtualmente comandadas por el gremio docente y por los escritores publicables por la élite y que expulsan de Chile a Gabriela Mistral-, la poetisa díscola declara:

“Jamás mi gremio profesoril me perdonará mi falta de título”.

Quinta lección:

¡Sorpresas te da la vida, adultocentrismo histórico y cabrón!:

La alumna Lucila Godoy Alcayaga -esa “insignificante” niñita nacida un 7 de abril de 1889 en una provincia del norte de Chile, niñita rural, tímida escolar “diagnosticada” cruelmente en su paso por su escuela por su propia profesora “Jefa” como una “deficiente mental”, y cuyo seudónimo en su vida adulta fue Gabriela Mistral, es galardonada, reconocida y homenajeada mundialmente en 1945 con el Premio Nobel de Literatura. ¡Sorpresas te da la vida, adultocentrismo academicista, “erudito” y burgués al peo, adultocentrismo clasista y ninguneador chilensis (también al peo), adultocentrismo asesino de la creatividad, los talentos y la felicidad de l@s niñ@s; adultocentrismo y la ctm!

¿Acaso acuso y culpo aquí, como un fariseo, a l@s profes de adultismo? ¡No! ¡El primer adultista, en tanto profe, soy yo, adultismo que está presente en mí más que en tod@s l@s adultistas junt@s! ¡Por eso quiero, con este homenaje a Lucila Godoy o Gabriela Mistral, en este tributo a su centenario, librarme, aunque sea en parte, de esa tiranía adultocéntrica destructora de la creatividad, de la emocionalidad, de la espontaneidad, de los talentos y de la felicidad de la infancia, adultocentrismo que habita en la mente y el proceder –e incluso en las escuelas- de tod@ adult@ y de todo profe!

¿Lucila Godoy Alcayaga? ¡¡PRESENTE!!

Por Noé Felipe Bastías, Profe de filosofía. Santiago de Chile