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Durante esto treinta años el mundo politico nos ha regalado una serie de eufemismos, cada cual más vacío de contenido que el otro: “justicia en la medida de lo posible”, “lamentables excesos”, “nunca más”, “las instituciones funcionan”, “no es la forma”, etc. La última frase de esta colección sería los “mínimos comunes”. Este término se acuñó recientemente para referirse al piso mínimo que el Congreso daría por aceptable por parte del Ejecutivo para ofrecer ayuda a la población ante la crisis económica. Desconozco quien habrá sido el autor intelectual de esta frase, pero debería tener conciencia que, como dijo Humberto Maturana: “las palabras construyen nuestra realidad”, y sobre todo en la esfera pública, aquello no es baladí. Además, la imagen de la presidenta del Senado junto a representantes del Ejecutivo recordó otra situación también protagonizada por ella años atrás, cuando, en mitad de la revolución pingüina durante el primer gobierno de Bachelet, se llegó a un acuerdo cupular para cambiar la LOCE por la LEGE, (un cambio casi cosmético), y allí salía la entonces ministra de Educación, Yasna Provoste, con los brazos alzados junto a Carlos Larraín.
Es por eso, que muchos han señalado que esto no sería sino otra “cocina” o acuerdo de la elite política. Y es que resulta extraño que, precisamente en el momento en que el gobierno hacía agua por todos lados (Tercer retiro de las AFPs, rechazo del TC, y ChileVamos dándole la espalda), aparece la presidenta del Senado y les tiende una mano. En la derecha han considerado positivamente la actitud de Provoste, una actitud “republicana”, pero esas mismas personas contemplaron una posible destitución de Bachelet cuando la presidenta tenía 27% de apoyo. El problema con estas “fraternales conversaciones” es que, como señaló la periodista Yasna Lewin, acá falta un actor, no está representada la visión de la Sociedad civil, y en ese sentido, esto sí caería en la categoría de “cocina”. Además, entre los puntos a discutir no se contemplan las violaciones a DDHH, la situación de carabineros, los presos politicos, ni las causas que ha sobreseído la Fiscalía.
Por otra parte, y con el oportunismo que lo caracteriza, Piñera ha utilizado esta instancia para fortalecer al debilitado sistema de AFP. Así, en vez de otorgar una ayuda directa a las familias y brindarles $200.000 en sus cuentas Rut, prefirió subvencionar con dinero del Estado a las Aseguradoras, de modo que a las personas que quedaron sin fondos por los anteriores retiros, ahora tienen este monto mínimo, pero en manos de sus AFPs.

Los políticos han pedido a las personas que dejen la suspicacia a un lado, pues es de lo más normal que los poderes del Estado se reúnan para discutir sobre cómo resolver los problemas que aquejan a la ciudadanía. Eso es muy cierto, el problema es que el Congreso tiene como interlocutor a alguien que sostenidamente miente y hace trampas, por algo el periodista Macari señaló irónicamente que la reunión de la senadora Provoste con Piñera se asemejaba a la del primer ministro británico Neville Chamberlain con Hitler, cuando este último le prometió que no estaba en sus planes invader Polonia ni mucho menos iniciar una Guerra. Sabemos cómo terminó aquello.
Por Cristián Martínez Arriagada, Cientista Político
Imagen portada : Senado