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Kast: “El Neopinochetista”

Este personaje solo sería otra excentricidad más dentro de la fauna política si no fuera porque los medios lo enzalsan tanto. Kast enarbola una defensa absoluta al modelo neoliberal. Admira la obra de Pinochet, desconociendo las violaciones a DDHH y considera héroes a los criminales de Punta Peuco

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¿Puede alguien ser tan miserable como para ocupar la imagen de una inmigrante, muerta en extrañas circunstancias, para su campaña política, considerando además, que ese mismo candidato está en contra de la inmigración? Si, se puede, es lo que hizo el candidato presidencial del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, quien utilizó el caso de la haitiana Joan Florvil en uno de sus spots de campaña, pero al mismo tiempo, propone crear zanjas en las zonas fronterizas para evitar que llegue gente como Joan. Y en torno a su figura se está organizando una ultraderecha sumamente peligrosa, pero que apela a impulsos básicos, como el orden, la seguridad, la nacionalidad. Es que, tal como aconteció en España con VOX, cuando uno creía que no podia existir nada tan ultraderechista y fanático como la UDI, surge este otro conglomerado encabezado por Kast.

Si en su primera incursion presidencial en 2017 obtuvo casi 8% de la votación, hoy su apoyo ha aumentado exponencialmente, sobre todo, a costa de Sichel, el candidato oficialista, que es un personaje simplón y sin capacidad de liderazgo. Es por eso que, buena parte de la derecha, se está distanciando del candidato de La Moneda y está apostando por Kast, quizás con la misma idea de los conservadores alemanes de 1930, quienes creyeron ingenuamente que dándole su apoyo al líder del Partido NacionalSocialista podrían manipularlo. Pero no nos confundamos, Kast no es un nazi, y no se pueden extrapolar experiencias políticas tan fácilmente, o caemos en la caricatura. Acá estamos frente a un representante de la Democracia liberal, tal como Bolsonaro o Viktór Orban en Hungría, que juegan según las reglas de la democracia Liberal, pero le sustraen el contenido de la Modernidad, en ese sentido serían antimodernos, pues apelan a recursos primarios como la defensa a una supuesta identidad originaria (por eso detestan tanto a los inmigrantes, aunque el propio padre de Kast lo fue); a una religión que opera hasta en asuntos legislativos; apelan a valores patrios, remontándose a los Padres de la Patria y a las FFAA; desconocen los avances en derechos reproductivos de la mujer y de las minorías sexuales; suelen perseguir a la prensa independiente y a corrientes políticas disidentes, o intervienen en el poder judicial, como hizo Bolsonaro.

Dicen que las Mineras “mueven montañas”, pero también mueven a gobiernos autodeclarados como ecologistas, mueven a los medios que lavan su imagen, a las corporaciones “culturales” que “entretienen” con cuanta exposición, concierto u obra de teatro, disfrazando el terrorismo empresarial que cotidianamente destruye lo poco que va quedando. Lo que no se mueve, es un pueblo adormecido por la droga mediática y enfermo de individualismo....Por Cefiro Humor Gráfico

 

En el caso chileno, debiéramos hablar de un “neopinochetismo”, porque Kast enarbola una defensa absoluta al modelo neoliberal, modelo que impulsó su hermano Miguel desde ODEPLAN en la dictadura. Admira la obra de Pinochet, desconociendo las violaciones a DDHH y considera héroes a los criminales de Punta Peuco. Por otra parte, es un fanático respecto de los temas valóricos, representando a un catolicismo pre Concilio Vaticano II. Un eventual gobierno suyo sería como remontarse a los años setentas: con un adoctrinamiento escolar en los “valores tradicionales y patrios”, un laizzes faire en lo económico, y un apagón cultural en términos artísticos, además de una mayor represión en Walmapu, y el abandono de instancias internacionales, como ya lo ha propuesto el propio candidato

Este personaje solo sería otra excentricidad más dentro de la fauna política si no fuera porque los medios lo enzalsan tanto, y mientras que a otros politicos les cuestionan hasta su pasado escolar, en el caso del candidato neopinochetista lo hacen con guante blanco, permitiéndole que exprese su discurso de odio por la prensa y TV, pero en forma cordial y simpática, porque hasta la presidenta del Colegio Médico lo considera un tipo simpatico, sin advertir las consecuencias que conlleva naturalizar ese tipo actitudes, y que no se puede banalizar el mal ante la opinión pública

Por Cristián Martínez Arriagada, Cientista Político

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