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La guerra on-line

La arquitectura donde reposa el pensamiento y la opinión colectiva, es nutrida a través de las venas inalámbricas de nuestro señor Google, que todo lo sabe, que todo lo ve y nos guía con su torrente de información unipolar, monocorde, monótona, alarmista, deshonesta y sesgada.

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A inicios del siglo 21, año 2022, prácticamente todo el mundo tuvo la oportunidad de ver, literalmente, un acontecimiento histórico.

Antes de tal acontecimiento, sólo un par de años atrás apareció y se esparció por el mundo, el infame Corona Virus.  El cual reveló que 9 de cada 10 personas o era biólogo, doctor o infectólogo. Curas milagrosas, remedios ancestrales. Cloro, alcohol y bicarbonato, entre otras gemas sociales. La saturación digital, desinformativa y primitiva campeó a sus anchas. Era el tema de moda para los hijos de youtube, para los amamantados con Instagram, para los críos de tik-tok, para los abandonados a su suerte con su tío-político Netflix.  
Un virus inflado y ordeñado a niveles omnipresentes. El problema que existiese, era-es-fue secundario. De mal gusto hablar de salarios justos o de viviendas dignas, mientras otros caen al suelo como pájaros desmayados.  

Rusia soportó por lo menos 15 años de malos tratos o faltas de respeto hacia su nación y soberanía, hasta tal punto, que pasó de las palabras a las armas y levantó un desmadre de aquellos.

Y una vez más, ocurrió lo de antes. 9 de cada 10 personas son politólogos o economistas o polemólogos.
Nadie quiere estar ausente. Es el tema de moda, el trending-topic. Todos opinan, todo el mundo quiere decir algo. Especialmente si se habla de problemas ajenos, ocultando los propios.

Dicen que las Mineras “mueven montañas”, pero también mueven a gobiernos autodeclarados como ecologistas, mueven a los medios que lavan su imagen, a las corporaciones “culturales” que “entretienen” con cuanta exposición, concierto u obra de teatro, disfrazando el terrorismo empresarial que cotidianamente destruye lo poco que va quedando. Lo que no se mueve, es un pueblo adormecido por la droga mediática y enfermo de individualismo....Por Cefiro Humor Gráfico

 

Y una vez más, la bibliografía, la base, la piedra angular, la arquitectura donde reposa el pensamiento y la opinión colectiva, es nutrida a través de las venas inalámbricas de nuestro señor Google, que todo lo sabe, que todo lo ve y nos guía con su torrente de información unipolar, monocorde, monótona, alarmista, deshonesta y sesgada. O sus 100 primeros resultados que son exactamente lo mismo y proceden de los mismos.  Aquí los defensores de la diversidad se quedan callados.

“En el video se aprecia claramente, pero muy claramente, como un soldado ruso patea a una anciana, mientras otro ametralla un jardín infantil. A lo lejos un avión ruso bombardea escuelas con niños en el patio”

En una guerra de redes sociales, teniendo a Estados Unidos y a la Unión Europea como representantes del bien. Rusia no tiene ninguna opción. Para eso debe implementar el uso del idioma inglés con maestría, para después pasar a combatir con las mismas armas a quienes distribuyen desinformación y noticias falsas.
Levantar un portal de videos honesto, no al estilo de La Inquisición Youtubiana. Masificar el uso de Telegram, de Yandex y así.

La Unión Soviética no se derrotó sola. Hollywood cooperó y sigue cooperando hasta ahora.

El idioma cirílico no es fácil. Existe una muy buena cantidad de material que no se conoce fuera de Rusia, simplemente porque los equipos de producción son mediocres o lentos o simplones.
Por ejemplo: Putin quiere desnazificar Ucrania. Y esto no se entiende en ningún lugar, nada de nada y lo llaman Hitler, justamente los que reciben diariamente su ración diaria de noticias falsas o manipuladas. La carrera propagandística está en pañales en Rusia. Sólo dos páginas en internet. Tres o máximo 5 páginas en youtube. Los defensores del oscurantismo tienen miles.

Para sortear la censura de Youtube y Google, nuestros videos en la plataforma de videos Odysee

Hay que tomar medidas serias al respecto, de no ser así y esto siga sin contra-atacar, seguirán apareciendo irresponsables marionetas y títeres, elevados a niveles heroicos, simplemente porque aún, en medio de “la más terrible de las guerras”, hacen llamados desde sus IPhone y su wi-fi funcionan a la perfección.
 

Por Andrés Bianque Squadracci.

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