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Hoy puedo decir que no pensé que llegaría ver iniciativas que estuvieran orientadas a cambios culturales y sociales, tengo los años justos (bordeando el medio siglo) y eso me da cierto estatus para poder hablar desde la memoria. Pero el ejercicio de la memoria es relativo, se ve influenciado por factores culturales, el acceso que tenga a la información internacional, nacional, al paradigma en que se esté, a los modelos de crianza y también al pensamiento político y religioso que se tenga. Mas mi idea ahora, no es ahondar en todos esos puntos porque sería un texto sin fin, entonces solo apuntaré a la contingencia nacional la de un par de años atrás y la de hoy, y cómo este presente que estamos escribiendo se ve afectado por los actos del pasado.
Este martes 15 de marzo del 2022, se aprobaron por 109 votos a favor la norma que establece los derechos sexuales, reproductivos y la educación sexual integral en la propuesta de una nueva Constitución, el movimiento feminista en toda su amplia gama de representantes ha hecho un trabajo arduo para poder llegar a estas instancias (A PESAR DEL CENTRALISMO, DE LOS EGOS QUE NUNCA FALTAN, LA FALTA DE GESTIÓN DE AUTORIDADES, LA FALTA DE DIFUCIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN…Y ESA ELITE INMORTAL).
Pero como dijera la compañera Irina Karamanos: “nunca hemos sido ni primeras, ni damas”, hemos sido inoportunas a los gobiernos de turno, a la iglesia, a la sociedad. Somos mujeres con una multiplicidad de roles en este país tan pacato, donde si hacemos una hojeada por el pasado podemos encontrar pequeños actos que, aunque imperfectos hubiesen sido un comienzo para tener (tal vez) hoy un territorio con más conciencia de género, con menos embarazos adolescentes, con menos violaciones, con menos femicidios. Hablo de las JOCAS, que eran jornadas de conversación sobre afectividad y sexualidad a mediados de los ‘90, instancia que no pudo ver la luz porque la iglesia y la elite no lo permitió, al final lo que se planteaba era que padres, hijos e hijas, hablarán de sexo, ¿Por qué el acceso a la información y al debate es para algunos? lo que hablen las familias también contiene esa lucha de clase ¡¡ojo con eso!!.
La educación sexual debe ser parte de la malla curricular y no un extraescolar optativo, siempre lo he pensado y esta semana hemos visto a esta nueva generación de dirigentas estudiantiles hablando justamente de la necesidad que esa educación sea desde el ámbito formal respaldado por una Ley para que desde ahí surjan las normas que nos haga pensar en transformaciones reales y no voladores de luces.
El tiempo siempre apremia, porque mientras más se dejan para el final oficios que podrían cambiarlo todo, tendremos que seguir marchando, seguir funando, seguir enterrando a mujeres asesinadas por sus parejas, seguir lamentando muertas por un aborto clandestino, seguir con ese lastre religioso que pesa más de lo que debería.
Por Alejandra Zapata, mujer feminista, poeta, trabajadora, luchadora social… soy histórica.