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El 23 de septiembre de 1973, la dictadura militar de Pinochet allanaba las inmediaciones del edificio de la Unctad, en el centro de la capital chilena, que los mercenarios de Washington ocuparon como “sede de gobierno”, después de bombardear el palacio presidencial “La Moneda”, renombrándolo posteriormente como “Diego Portales”, aludiendo a un personaje de la historia de Chile, conservador “Monopolista, sedicioso, demoledor”*. La operación de limpieza, que denominaron “coipo”, tenía como objetivo asegurar el perímetro de posibles peligros, y que a pesar de tener el control después de un golpe sangriento y fulminante, las fuerzas armadas tenían miedo a una resistencia armada, que nunca se produjo, por lo menos en los primeros años del régimen dictatorial. Pero detrás de esta operación psicológica y de fuerza, se trazaba y fraguaba un objetivo de más largo alcance, que perdura hasta estos días…