«Un cese al fuego frágil, un país en cuidados intensivos y una resistencia que se niega a capitular. Bienvenidos a un análisis sobre el Líbano, el cuarto frente de una guerra regional donde Hezbollah defiende su derecho a existir y a armarse, señalando a un único agresor común: el régimen israelí, presentado aquí como la punta de lanza del imperialismo occidental.»
Gaza resiste, el mundo despierta e Israel se desenmascara. Esa es la triada que define el nuevo escenario tras la «Tormenta de Al Aqsa», un punto de inflexión histórico que, partiendo de la legitimidad jurídica de la resistencia, ha logrado exponer ante los ojos del planeta el genocidio en curso y la urgente necesidad de desmantelar el proyecto colonial sionista.
La acción de la resistencia palestina del 7 de octubre de 2023 desmanteló décadas de narrativa sionista y visibilizó ante el mundo los 77 años de ocupación, colonización y exterminio. La Tormenta de Al Aqsa no fue un acto aislado, sino una respuesta inevitable y legítima frente a un proyecto de limpieza étnica de larga data.
Apenas días después de firmarse un cese al fuego, los bombardeos israelíes sobre el centro y sur de Gaza han reanudado la masacre. Esta violación predecible desenmascara la tregua como un artificio mediático y confirma la tesis central: el genocidio contra el pueblo palestino no ha terminado, es una política de estado persistente y premeditada.
“Organizaciones ciclistas chilenas rechazan la participación del equipo de Israel en el Mundial de Ciclismo de Pista que se celebrará en Chile este octubre. Dicen que el ente sionista usa el deporte para blanquear el «genocidio» en curso y el régimen de «apartheid» contra el pueblo palestino, e instan a la comunidad ciclista y a la ciudadanía en general a manifestarse en contra”.
Washington se ha colocado por encima de la ONU avalando todos los desmanes cometidos por Israel, país que por cierto no ha firmado el Tratado de No Proliferación. Sus 300 bombas termonucleares son un verdadero peligro no sólo para el pueblo palestino sino para todo el planeta. La ONU ha fracasado, no tiene sentido de existir.
Mientras son asesinados miles de palestinos, la mayoría niños y mujeres, nos dicen a través de los medios de comunicación masiva, mayoritariamente dominados por fortunas sionistas estadounidenses, francesas, británicas, alemanas incluso latinoamericanas, que Israel está en una lucha por la civilización, en la defensa de la cultura y la democracia occidental.
Los actuales judíos se comportan con la misma inhumanidad que sufrieron sus antepasados hace 80 años atrás, pero ahora deshumanizan al pueblo palestino, con muros y campos de exterminio, sin ninguna gota de remordimiento. Pretenden seguir lucrando de su rol de víctimas, tal como vienen haciendo desde 1945.
De nada sirven las operaciones de lavado de imagen que pretenden mostrar a una sociedad “democrática y de corte occidental” pues la porfiada realidad demuestra, que el criminal podrá vestirse de ropajes de demócrata, pero la sangre que chorrea de su vestimenta lo denuncia y condena
19 días de bestialidad nazi-sionista en Palestina y el mundo observa impasible como se comete un genocidio sin que los mecanismos del sistema internacional puedan evitar tal barbarie. Este acontecimiento ha hecho patente y reiterado la inoperabilidad del régimen tal como existe y la necesidad de cambiarlo.
