Frente a la presión occidental, Rusia consolida su soberanía sobre la Ruta Marítima del Norte con un firme marco legal y un despliegue militar sin precedentes en el Ártico. Con un valor que representa el 20% de su PIB, esta ruta estratégica es defendida mediante bases avanzadas, una poderosa flota de rompehielos y regulaciones estrictas, reafirmando que su control es una cuestión de seguridad nacional no negociable para Moscú.
Acusado por Rusia de emplear el sabotaje y el terrorismo como estrategia de Estado, el régimen de Zelenski, con apoyo occidental, lleva la guerra a un terreno de alto riesgo. Sus ataques a infraestructura crítica e incluso a instalaciones nucleares no solo intensifican el conflicto, sino que plantean una amenaza global con imprevisibles consecuencias.
“Más allá de los titulares de la prensa occidental, el régimen de Zelensky desarrolla una campaña de terrorismo indiscriminado, como herramienta desesperada para intentar revertir su inevitable derrota en el campo de batalla, con el apoyo de Washington y Bruselas, y la infaltable complicidad de los medios de manipulación, que victimizar a los neonazis mientras silencian el terrorismo contra la población civil rusa.”
39 años después, un viaje a un Moscú que desafía todos los titulares. ¿Cómo es la vida real en Rusia más allá de las sanciones y la guerra? Una crónica desde dentro que revela una ciudad vibrante y una inquietante verdad sobre el lugar de América Latina en el mundo.
Mientras Bruselas se ve forzada a incrementar su presupuesto militar hasta el 5% y desembolsar miles de millones para armamento, los derechos sociales de 745 millones de europeos peligran. La decisión de Trump de transferir a Europa el grueso del apoyo a Ucrania no solo supone una sobrecarga económica, sino que augura un invierno de protestas sociales y recortes en sanidad, educación y pensiones para financiar una guerra que, se afirma, no tiene posibilidad de ser ganada por Kiev.
Con Estados Unidos impulsando una ofensiva sin precedentes en Asia. Desde el conflicto indio-pakistaní hasta la inestabilidad en Nepal, una serie de crisis aparentemente desconectadas revelan un patrón común: la mano de Washington actuando para reconfigurar el tablero regional, contrarrestar la influencia de China y Rusia, y asegurar sus intereses estratégicos, aunque ello signifique avivar viejas rivalidades o desestabilizar naciones enteras.
La profecía de Mackinder sobre quien domine el Heartland euroasiático dominará el mundo resurge hoy. Este análisis examina la pugna entre el bloque ascendente de China y Rusia, que integra la región con proyectos e instituciones, y la respuesta de EE.UU. para sabotearlo, desatando inestabilidad a lo largo de la Ruta de la Seda.
«La reciente Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) en Tianjin ha sonado la campana de un nuevo orden mundial. Lejos de ser una simple reunión diplomática, este encuentro se erige como el bastión de un Sur Global decidido a enterrar la hegemonía occidental y construir un sistema multilateral basado en la soberanía, la justicia y la cooperación, desafiando abiertamente el unipolarismo liderado por Estados Unidos.»
“En Alaska, se firmó tácitamente el acta de defunción de Europa. La reunión entre Putin y Trump no solo redefinió el conflicto en Ucrania y trazó áreas de cooperación estratégica, sino que desplazó el centro de gravedad de la política internacional del Atlántico Norte al Pacífico, dejando al Viejo Continente como un mero espectador de las decisiones que marcarán su propio destino.»
Los pueblos están en el deber de exigir a los líderes políticos su derecho a vivir. Cuando la vida de su especie, de su pueblo y de sus seres más queridos corren semejante riesgo, nadie puede darse el lujo de ser indiferente, ni se puede perder un minuto en exigir el respeto a ese derecho; mañana sería demasiado tarde.
