En la película «Wag the Dog», 1997: Un presidente inventa una guerra para ocultar escándalos judiciales y caídas en la popularidad. ¿Ficción? Un vistazo a la coyuntura actual en Venezuela sugiere que el guion de Hollywood podría estar dirigiendo, una vez más, la política real.
«Donald Trump, en su inagotable búsqueda por rodearse de los ‘mejores’, ha coronado su Gabinete con Peter Hegseth, un presentador de televisión cuya hoja de vida destaca por su homofobia, su nostalgia por la Confederación y un tatuaje de cruzada. Su mayor logro militar antes de dirigir el Pentágono fue no dejar sobrevivientes en un ataque a pescadores. Y dicen que la ficción ha superado a la realidad.»
Fue en la ONU, el mayor foro multilateral del mundo, donde Donald Trump mejor expuso su verdadero credo: el desprecio por la democracia, la complicidad con genocidas y la glorificación de un poderío basado en la guerra y la opresión.
«La Europa que se arrastra ante Donald Trump es la misma que financia y justifica el genocidio en Gaza. Mientras von der Leyen besa la bota que la humilla en Escocia, los gobiernos europeos —cobardes, serviles— se niegan a sancionar a Israel, convirtiéndose en cómplices de la masacre. No es solo vasallaje económico: es una abdicación moral que hunde al Viejo Continente en la ignominia. ¿Hasta cuándo seguirán sus pueblos tolerando esta vergüenza?»
Quien hubiese dicho que el tan mentado libre mercado, el chascarro de la oferta y la demanda, se iría cortado en menos tiempo del que uno tarda en escribirlo.
Y sus adoradores, profetas y excelsos poetas enmudecieron, callan, ni siquiera proceden a sus funerales: se hacen los w’n’s.
Uno se pregunta qué enseñan ahora en las Escuela de Economía. ¿A jugar al cacho?
La extendida opinión de que lo que está ocurriendo en Estados Unidos y en el mundo tiene su origen en el hecho de que “Trump está loco” no deja de ser simplista y banal. Al contrario, creo que tras la actuación de Trump hay un plan muy bien elaborado y concebido por la Fundación Heritage.
Este conflicto que ha iniciado Trump no es coyuntural ni de corto plazo, no tiene carácter táctico. Es un error caracterizarlo y analizarlo como tal. No. Es estructural, de largo plazo y de carácter estratégico. Lo que está en juego es la sobrevivencia del capitalismo por un lado y la sobrevivencia de la humanidad por el otro…y recién está comenzando.
Estados Unidos y sus administraciones de gobierno, sean estas republicanas o demócratas, tiene como ideario el no cumplir nada que no sea favorable a sus pretensiones hegemónicas. Un infractor de cuanto acuerdo y compromiso internacional ha firmado. Como dijo el Che «No se puede confiar en el imperialismo pero, ni tantico así, nada.»
“Libertarios”, “republicanos”, “antipolítica”, son “marcas” utilizadas por la propaganda de la ultraderecha para posicionar el fascismo en Latinoamérica, a través de las herramientas de dominación, que son las corporaciones mediáticas y su bombardeo constante en la guerra cognitiva. Son estas las que blanquean a golpistas y negacionistas de sangrientas “dictaduras”, que también disfrazan de respetuosos “demócratas republicanos”. Desde ahí también promocionan la “antipolítica”, que es una farsa, porque desde ese discurso trazan sus objetivos, para el cumplimiento de sus proyectos políticos. Cuya finalidad es que los pueblos no piensen, no discutan, no se eduquen, y sean dóciles al sometimiento. Jair Bolsonaro, Donald Trump, kast, Milei, son un producto más, de un sistema que solo quiere consumidores, ignorancia y apatía.
