“más Arce, menos Biden”

Quizás la noticia internacional más importante del ultimo tiempo haya sido la reñida elección norteamericana con el triunfo de Joe Biden y la derrota de Trump, aunque eso no implica el fin del Trumpismo, un fenómeno sociopolitico que llegó para quedarse.

Debe ser por eso, que todos los medios chilenos fueron a cubrir este suceso, y muchos de nuestros politicos comentaron sobre el mismo. Sin embargo, casi al mismo tiempo, acontecía el cambio de mando en Bolivia a escasos kilómetros. A pesar del intento de desestabilización institucional sufrido por el país, avalado desde el primer momento por la OEA y su secretario general, Bolivia volvió a su cauce democrático de la mano de Luis Arce, economista del MAS, y quien ha sido el impulsor del llamado “milagro económico boliviano”, llevando a su país a liderar el crecimiento en la región. Con Bolivia compartimos, además de una cultura y un pasado histórico en común, más de 850 kilómetros de frontera. Sin embargo, viendo la desmedida atención del periodismo chileno hacia las elecciones norteamericanas, daba la impresión de que limitamos con EEUU. Por eso, llegó a resultar vergonzoso la poca importancia que esa misma prensa le otorgó a la toma de mando del nuevo presidenet boliviano.

Nadie duda del protagonismo de EEUU como poder hegemónico en el mundo, aunque para los intereses de Chile, el cambio de presidente en dicho país resulte casi intrascendente, o más bien, sea al revés. Puede que la mayor proximidad del nuevo gobierno norteamericano vaya a ser a través del subsecretario de Estado para las Américas, Arturo Valenzuela, un connotado politólogo chileno que ya tuvo ese cargo en la administración Clinton, y quizás la mayor diferencia de la administración de Biden respecto la de Trump, sea el regreso de EEUU al multilateralismo y a los Acuerdo Internacionales, como el de París, el resto será bastante parecido.

En cuanto a nuestra relación con Bolivia, después de la Guerra del Pacífico, ésta tuvo dos importantes conflictos bélicos: La Guerra del Acre contra Brasil (1899) y La Guerra del Chaco contra Paraguay (1932). En ambos casos perdió mucho más territorio que con Chile, sin embargo, ha logrado la integración con dichos países. Nostros también deberíamos dejar atrás las teorías de conflicto vecinal, y pensar en la posibilidad de la integración regional, trabajando en conjunto frente a crisis mucho más serias, como la inmigración, la protección de glaciares andinos y el Cambio Climático que nos afecta a todos.

No comento todo esto con un afán panamericanista o antimperialista, sino por simple sentido práctico. En las RRII, lo que prima es el realismo, no la confraternidad, y deberíamos ver en forma estratégica nuestras relaciones vecinales, aunque les pese a algunos, que siguen considerando que vivimos en un “mal barrio”. Ni Chile ni Bolivia van a salir del subdesarrollo a costa de la explotación de materias primas, deberíamos optimizar nuestros recursos y potenciarnos mutuamente. Nuestro vecino inmediato siempre será Bolivia, en cambio, para EEUU solo somos parte de su patio tresero.

Por último, y a propósito del modo en que se cubrió una noticia v/s la otra, y los innnumerables comentarios respecto de la política interna norteamericana, veo que existe cierto aire de desdén y racismo por parte de la elite chilena, y en especial de la derecha, cuando se discuten asuntos sobre Bolivia, sobre “los cholos”. Quizás eso también explique su renuencia a otorgar escaños reservados a los pueblos originarios en la Convención Constitucional. Es que cómo es posible que una Van Rysselberghe se vaya a rebajar y sentar junto a un indio, de igual a igual, a debatir sobre las reglas constitucionales para Chile.

Por Cristián Martínez Arriagada, Cientista Político