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Escribe Cristián Martínez Arriagada, Cientista Político.
“En el nombre del padre” (In the Name of the Father) es una película de drama político y judicial de 1993 dirigida por Jim Sheridan. Trata de varios irlandeses injustamente acusados y falsamente condenados por las autoridades británicas, por los atentados en un pub en Londres en 1974. Entre ellos un padre Giuseppe y su hijo Gerry (Daniel Day-Lewis) La película se detiene a examinar las relaciones tortuosas entre Gerry y Giuseppe durante su larga estancia en la cárcel, sabiendo que eran inocentes y que toda la maquinaria de la justicia había trabajado para inculparlos. Quizás Macaya cree ser el personaje de Daniel Day-Lewis y por eso grita a toda voz la inocencia de su padre y que los tribunales lo atacan solo por ser presidente de la UDI. Pero vayamos paso a paso.
Macaya debe ser uno de los políticos con menos luces en el actual Senado, y eso que hay varios más que son tan ineptos como él. Al interior de la UDI deben estar añorando los “buenos Viejos tiempos” donde eran liderados por los Coroneles (Coloma, Longueira), que, al menos, eran políticos astutos, algo de lo que Macaya carece (solo basta oírlo hablar y se denota su simplonería mental). Por lo mismo, no extraña la estúpida defensa de Javier Macaya a favor de Eduardo Macaya, y atacar a las víctimas (de menos de 8 años al momento de haber sido víctimas de asquerosos abusos sexuales, siendo más asquerosos aún por realizarlos a niñas de su propia familia. Aunque sabemos que el INCESTO es una conducta muy común, y hasta aceptada en los círculos de la elite de ultraderecha.
En este caso, el senador Macaya se disparó en el pie y arrastró a su propio partido en esta porqueriza originada por la indecencia de su padre. Para deslegitimar el testimonio de una de las víctimas, Macaya la acusó de: ”Ser una niña agrandada, pues desde pequeña usaba teléfono celular, tenía Instagram hacía tiktok bailando y publicó en una red social una fotografía en la que aparecía con un pañuelo verde apoyando la causa proaborto”. Al cuestionar estas conductas de la víctima, Javier Macaya da a entender que la niña provocó sexualmente al pobre abuelito Macaya, quien no pudo contener el deseo carnal ante esta incitación de una menor de 8 años.
Este tipo gente, que vive mentalmente en la Edad Media, es calificada por muchos Periodistés y medios de comunicación como “líderes serios de centro-derecha”. Pero Macaya vuelve a corroborar que estos “líderes” a pesar de ser de una generación más joven que los viejos dirigentes de la UDI, actúa con un pensamiento cavernario, y en un sistema parlamentario habría sido destituido luego de este episodio. Sin embargo, aun tendremos a Macaya por mucho tiempo legislando por ejemplo en contra de una educación sexual, o presentando proyectos de leyes que rebajen condenas en casos de abusos sexuales.
El nuevo presidente interino de la UDI, el diputado Guillermo Ramírez, más joven aún que Macaya, trató de defender a su antecesor con el típico argumento del anticomunismo: “Hay grupos politizados que están sacando provecho político de este caso. La gente que estaba protestando afuera de la UDI son los mismos que van a defender a Daniel Jadue. La UDI siempre ha puesto a los niños primero”. El joven y gangoso diputado quizás se estaba refiriendo a que la UDI puso a los niños primero en el caso Karadima, en el caso de Paul Schäeffer, en el caso del Padre Cox, en el caso de los Legionarios, en el caso de los OPUS DEI. Ahí las víctimas siempre fueron los niños, y la UDI siempre salió a defender a los pederastas.
Con dirigentes como Ramírez es difícil que la UDI se convierta alguna vez en un partido de centro-derecha, como suelen señalar los medios. Ramírez ya señaló que se sentiría muy cómodo en una alianza con REPUBLICANOS, en efecto, son casi lo mismo. “Es indispensable sentarse con el partido Republicano para hacer frente a la izquierda”. Basta recordar que Ramírez es nieto de Sergio Diez, quien fue parte de la Comisión Ortúzar y redactor de la constitución pinochetista, y luego fue embajador en la OEA desde donde defendió la “obra” del régimen y negó las violaciones a DDHH.
A diferencia de lo que plantea Ramírez, en Francia SI EXISTE UNA DERECHA DEMOCRÁTICA, y junto al resto de los partidos políticos formó parte del cordón sanitario en contra de la Ultra Derecha. Cuando uno de sus dirigentes planteó la idea de negociar con Marie LePen, ese dirigente fue expulsado de inmediato del partido. La lamentable coincidencia es que ese partido de derecha francés se llama Los Republicanos, pero está en contra del fascismo. En cambio, en Chile, Los Republicanos son esa ultraderecha que fue derrotada por los franceses en la última elección legislativa. Para no engañarse con el rótulo de los productos.
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