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La batalla por la verdad

¿Podrán declararse “independientes” los medios financiados o dirigidos por el poder económico? ¿Denunciarán estos, la irreversible contaminación que producen las MINERAS? ¿El despojo y ecocidio de FORESTALES y latifundistas? ¿La nefasta especulación INMOBILIARIA acabando con los ecosistemas? O ¿El robo de las AFP? La respuesta es NO, porque son los medios de propaganda de esos intereses. La transmisión acrítica de rumores, chismes, opiniones anónimas o de autores que no dan la cara, transforma en cómplices a aquellos que consciente o inconscientemente reproducen las mentiras construidas -la mayoría de las veces- en los tanques de pensamiento asociados al poder global.

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Escribe Sergio Rodríguez Gelfenstein

Para mi hermano y compañero Orlando Bahamondes “Caballito”,
Quien se marchó hace pocos días de este mundo,
llevándose su nobleza y su bondad,
pero dejándonos infinitas muestras de su convicción, su pasión y su espíritu de lucha por un mundo mejor.
¡Hasta la Victoria Siempre!

La reciente visita a Chile me causó profunda desazón al observar -como en ningún otro país- el impacto de la transculturización y la aceptación acrítica de la verdad occidental como evidencia única para interpretar los hechos internacionales. Aunque se debe admitir que este fenómeno ocurre en todo el mundo, manifiesta superior incidencia en Nuestra América considerada por Washington como su patio trasero.

Desde hace unos meses para acá, he reafirmado la convicción de que las grandes batallas del siglo XXI no se van a producir en el territorio de los países a ocupar sino en el cerebro humano, verdadero “territorio” a conquistar por los poderosos para imponer su verdad y su razón.

Estados Unidos y Europa están siendo derrotados por China y por Rusia en los terrenos económicos, financieros, tecnológicos, políticos, ideológicos, éticos y hasta en el bélico con la posesión por parte de ambos de misiles hipersónicos que Occidente no tiene, lo cual ha cambiado la ecuación en materia de equilibrio estratégico militar.

En este marco, los únicos mecanismos que le quedan a Occidente para mantener su hegemonía planetaria son el monopolio de la emisión de dólares y la mantención de esa moneda como fundamental para el comercio global. Así mismo, debe considerarse el dominio que ejerce a través de su control casi absoluto del aparato cultural-mediático-comunicacional. Es aquí donde se van a dar las principales batallas del presente y del futuro.

"Víctor Jara, nunca podrán borrar tu legado" 

Toda vez que el proceso de desdolarización de la economía mundial ya comenzó, se extiende y se hace irreversible, pareciera que va a ser en el espacio de lo cultural-mediático donde se va a librar la “madre de todas las batallas”. Por tanto, en el momento actual, la forma y los instrumentos que usamos para informarnos cobran un valor supremo.

Es así que si no tomamos nota de la realidad y profundidad de este combate y la comprensión de que debemos enfrentarlo como tal, el enemigo (en este caso no es válido hablar de adversario) mantendrá su dominio porque no estaremos preparados para enfrentar esta batalla decisiva. Por tanto, es tarea de primer orden construir nuestra verdad y creer en ella.

Cuando se transmite de forma acrítica una información que ha emitido el enemigo mediático, el intermediario que lo hace se transforma en propagandista ciego de una “verdad” que suele ser falsa y que en realidad es mendaz y engañadora.

Por ejemplo, en mi caso personal, la última vez que escuché y vi CNN fue el 11 de abril de 2002, día del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez. En ese momento tome conciencia de que CNN mentía con total y absoluta impudicia. Nunca la he vuelto a ver ni oír.

Lo mismo he hecho con otros medios de comunicación al servicio del imperio o de las derechas locales. Aun así, no me considero una persona desinformada, precisamente porque esos medios no informan. Al contrario, son los padres de la posverdad y de las “fake news”.

Aquellos que dicen que es necesario saber lo que piensa el enemigo, les pregunto, además de amargarse, angustiarse y desanimarse, ¿qué hacen con esa falsa información, aparte de retransmitírsela a sus 500 mejores amigos, transformándose en propagandistas de ellos? A veces es necesario recurrir a los medios imperiales (yo mismo lo hago), pero solo para reforzar una idea que desnuda sus contradicciones y/o aberraciones.

La transmisión acrítica de rumores, chismes, opiniones anónimas o de autores que no dan la cara, transforma en cómplices a aquellos que consciente o inconscientemente reproducen las mentiras construidas -la mayoría de las veces- en los tanques de pensamiento asociados al poder global.

De ahí la importancia de no creer en la “información” emanada del enemigo toda vez que conduce a aceptar las falsas verdades que construye. Esto ha comenzado a ser particularmente despiadado cuando se dan a conocer hechos referidos a la operación militar de Rusia en Ucrania. La mentira ya no es sutil, al contrario, hoy es aviesa, vulgar, inescrupulosa y maligna.

Solo en días recientes, se han acumulado noticias falsas transmitidas por los medios imperiales. Es tan grotesco que incluso son algunos de ellos los que desnudan la mentira que otros transmiten. Veamos algunos ejemplos:

1.Kiev anunció con “bombos y platillos” que el Almirante Jefe de la Flota Rusa del Mar Negro y su estado mayor habían muerto tras un ataque con misiles y drones de las fuerzas armadas ucranianas. La noticia “inundó” los medios de comunicación occidentales. Al otro día, el almirante Víctor Sokolov apareció en una reunión con el ministro de defensa rusa transmitida por televisión. Silencio total.
2.En el mismo ataque, Ucrania informó que había dañado severamente el buque de asalto anfibio ruso Minsk causando 62 bajas. El problema es que aún cuando el Minsk sufrió ciertas averías, ese día se encontraba en reparaciones en el dique seco. Ningún barco en ningún país del mundo está lleno de marineros y oficiales cuando se encuentra en esa situación. Silencio total.
3.Hace unas semanas, con estruendo carnavalesco los medios trasnacionales de la “comunicación”, informaron que un misil ruso había impactado sobre un mercado en una localidad de Donetsk. Como si una varita mágica hubiera sido movida, se inició un coro de acusaciones contra Rusia, por tan “inhumana acción”. Sin embargo, una investigación nada más y nada menos que del New York Times (evidentemente ya montado en la campaña electoral de Estados Unidos) se ha encargado de demostrar que el proyectil era ucraniano. Silencio total.
4.Otro navío ruso, el gran buque de desembarco Olenegorsky Gornyak fue golpeado el 4 de agosto con un dron ucraniano quedando “seriamente dañado y a la deriva” según el informe del servicio de prensa de las Fuerzas Armadas ucranianas. El buque fue reparado reincorporándose a la flota del Mar Negro el 7 de septiembre. Es difícil suponer que un barco “seriamente dañado y a la deriva” pueda ser reparado en menos de un mes.
No pierda tiempo buscando información sobre el buque. Sólo encontrará en internet la acción ucraniana del 4 de agosto. Después, el barco desapareció de los medios occidentales. Su foto navegando y atracando en el puerto de Sebastopol, sede de la Flota rusa del Mar Negro no podrá ser vista en ningún medio occidental. Silencio total.
5.El misil que impactó en noviembre pasado en una fábrica de cereales de Polonia y que fue informado como de origen ruso, en realidad era ucraniano según lo han dado a conocer expertos polacos. En su momento, se informó irresponsablemente que un país de la OTAN (Polonia) había sido atacado por Rusia y que esto podía desencadenar la tercera guerra mundial. Ante esta importante aclaratoria hecha hace pocos días, la respuesta ha sido el silencio total.
6.En algo que se ha ido generalizado, los servicios informativos del régimen ucraniano dan a conocer que los misiles y drones rusos son derribados en su totalidad durante cada ataque. Pero se ha llegado al absurdo de informar el desplome de una cantidad superior de drones que los que realmente fueron utilizados. El colmo es que dicen que los mismos no causaron ningún daño, al mismo tiempo que informan de muertos, heridos y edificios destruidos. Si alguien tiene dudas, le recomiendo que tras los ataques rusos a la infraestructura bélica y los centros de mando y concentración de tropas de Ucrania, revise los mapas de incendios de la NASA que pueden ser observados gratuitamente en internet. Podrá sacar sus propias conclusiones.

En fin, son solo algunas manifestaciones recientes de cómo se miente, por eso hay que aprender a informarse. “Nuestro vino es amargo, pero es el nuestro” dijo José Martí. Debemos aprender a tomar nuestro vino por amargo que sea.

De igual forma, tenemos el imperativo de pensar por sí mismos, estar convencidos de aquello en lo que creemos y así, construir nuestra verdad y trasmitirla. Solo de esa manera estaremos capacitados para jugar un rol protagónico en esta batalla que será dura, difícil y prolongada.

Pero si estamos apertrechados con nuestra verdad, la verdad de la mayoría, no habrá dudas de que saldremos adelante.

#ANTIFAKE De la Foto de portada: Comentario del Embajador de Rusia en Chile Sergei N. Koshkin

Tomé nota de un artículo publicado en el medio chileno BioBioChile “Moscú busca adoctrinar a niños ucranianos…” que demoniza a Rusia, impone una realidad distorsionada y demuestra total incomprensión de la situación en nuestro país.

Me vi obligado a constatar que hasta una mínima verificación de los datos demostraría que al haber copiado y publicado la información en su página Web el importante y altamente apreciado medio BioBioChile esta vez cometió un error de reproducir un peor ejemplo de la propaganda occidental rusófoba. Ante esta situación me sentí en el deber de alzar la voz para exponer los hechos verdaderos.

Primero. A fin de reunificarse con Rusia los civiles de Crimea en 2014, así como de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie en 2022 de manera libre y mediante un plebiscito ejercieron su derecho de autodeterminación consagrado en la Carta de la ONU.

Segundo. Cualquier persona que sabe utilizar Internet puede estudiar las leyes rusas, en particular, la Constitución de la República de Crimea, aprobada el 11 de abril de 2014. Su Artículo 10 reza: “los idiomas estatales de la República de Crimea son el ruso, el ucraniano (BioBioChile, ¡ojo acá!) y el tártaro crimeo. En la República de Crimea se reconoce el principio de diversidad de culturas, se garantiza su desarrollo equitativo y enriquecimiento mutuo”.

No es ningún secreto para los usuarios del Internet la composición étnica de Crimea: según el Censo de 2020, los rusos siguen siendo una mayoría abrumadora (67%) – como en todas las épocas históricas. Los ucranianos ocupan el tercer lugar (tras los tártaros de Crimea) manteniendo su posición de minoría étnica.

En lo que se refiere al sistema educativo de Crimea, allá sí existe educación en el idioma ucraniano. Por ejemplo, el nuevo año académico 2022/2023 comenzó en ucraniano para 190 escolares, 175 de los cuales están en la Escuela № 20 de la ciudad crimea de Feodosia y 15 personas del 9º grado del Gimnasio Académico de Simferópol.

La misma situación se da en las nuevas regiones rusas: el 12 de septiembre de 2023, en el marco del Foro Económico Oriental, el Viceministro de Educación de Rusia, Alexander Bugaev subrayó que las escuelas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporozhie recibirán manuales del idioma ucraniano y los padres podrán libremente inscribir a sus alumnos para su estudio electivo. El alto funcionario ruso señaló que el manual enseña el idioma ucraniano clásico, o sea, el que se estudiaba antes de la desintegración de la Unión Soviética. Además, las cifras hablan por sí solas: el 64% de los niños de la escuela primaria de la región de Jersón optaron por estudiar el ucraniano como segundo idioma. En la región de Zaporozhie, el 46% de los escolares tomó la misma decisión.

¿De qué “eliminación de la identidad ucraniana” se trata entonces? Una pregunta retórica a la que los propagandistas nunca podrán responder.

Las instituciones educativas mencionadas se financian con los fondos gubernamentales de la Federación de Rusia. Y nadie planea cerrarlas – a diferencia de la política aplicada por el régimen neonazi y rusófobo que se instaló en Kiev tras el golpe de Estado en 2014.

Le recomiendo a BioBioChile prestar más atención a que la Ucrania de hoy efectivamente es un Estado ultranacionalista. No son palabras de “una directora de una de las escuelas, quien desea permanecer en el anonimato” (con tal pretexto se inventa cualquier cosa y se propaga cualquier insensatez). Son datos abiertos y verificables:

1) El nazismo se glorifica en Ucrania a nivel de Estado. El 6 de diciembre de 2022, el Tribunal Supremo de Ucrania declaró que los símbolos de la división nazi de las Waffen SS «Galicia», compuesta mayoritariamente por los colaboradores ucranianos, ya no se consideran nazi en Ucrania. Esta decisión contradice el veredicto del Tribunal de Núremberg. No me sorprende entonces que en una reciente visita a Canadá el presidente ucraniano Vladímir Zelenski ovacionó de pie a Yaroslav Hunka, ucraniano residente en Canadá y veterano de la mencionada unidad criminal.

2) La población de Ucrania desde la infancia está siendo adoctrinada con la ideología nazi. Tiene una fama notoria el campo paramilitar “Azovets” de los militantes del batallón neonazi «Azov», que se dedica a reclutar a niños y educarlos en el espíritu del odio salvaje hacia los rusos.

3) El idioma ruso y la cultura rusa están sujetos a discriminación en Ucrania. De acuerdo con las leyes ucranianas «Sobre la educación» (2017) y «Sobre los pueblos originarios» (2021) los millones de rusos y ucranianos rusoparlantes han sido privados del derecho a recibir educación en su idioma natal, tampoco tienen derecho a sus propios medios de comunicación. Desde 2019, los intentos de introducir el multilingüismo en Ucrania se catalogan como acciones destinadas a «derrocar por la fuerza el orden constitucional».

4) Cualquier disidencia se silencia en Ucrania de manera violenta y anticonstitucional. El 2 de febrero de 2021, por decreto de Zelenski, se bloqueó la transmisión de los canales de TV «112-Ucrania», «NewsOne» y «ZIK». Está prohibida la actividad de 17 partidos de oposición, no hay avances notables en la investigación de la masacre en la casa de los Sindicatos de Odessa del 2 de mayo de 2014 que dejó 48 muertos y más de 200 heridos, así como de los casos relacionados con los asesinatos de los periodistas ucranianos Oles Buziná y Pável Sheremet. El último fue víctima del coche bomba, el método al que recurren muy a menudo los terroristas del régimen de Kiev.

Dicho lo anterior, insto a los editores de BioBioChile a reconocer la falta de verificación del material difundido y publicar mi comentario para que sus lectores tengan la oportunidad de conocer la situación real en Rusia y Ucrania.

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